Se abrió la exposición censurada de Claudio Rama en la Sala Idea del MEC
Desde ayer se exhibe la serie de pequeñas esculturas u obras plásticas del economista y artista, titulada Vidas Encajonadas y que fuera objeto de censura al exigírsele el año pasado que los textos que la acompañan se «actualizaran al lenguaje inclusivo» por parte de la directora del Teatro Solís, Malena Muyala. La muestra fue posteriormente acogida, a pedido de Rama, para su exposición en el Ministerio de Educación y Cultura, y la inauguración finalmente se realizará mañana miércoles a la 18.30 con un brindis con la participación del Ministro, Pablo da Silveira, el artista Claudio Rama, el curador Pincho Casanova, el maestro Hugo López y María Frick, coordinadora del INAV.
La muestra se expone en la Sala Idea, en la calle San José 1116 esq. Paraguay, y estará abierta hasta el 3 de mayo en el horario de 9 a 17 horas. Ella consiste en 38 piezas escultóricas acompañadas de 38 textos y apoyadas en 38 isotipos, que nos muestran un universo expresivo de situaciones de vida, que se apoyan en un estilo plástico que se apalanca como dice el autor en un libro que se también se presenta, en un muñequismo, minimalismo, conceptualismo y teatrismo, contando como materia prima el re-uso de objetos. Además, cada una de las obras expuestas se apoya en un texto que se constituye en una referencia de las ideas que constituyen el detonante de cada pieza.
Consultado sobre las características de su muestra, Rama expresó que en sus obras pretende construir con un lenguaje plástico caricaturesco pinceladas tragicómicas de nuestras vidas cotidianas y de los dilemas de los hombres. «Son 38 escenas, narraciones o fabulas de nuestras realidades mirados con ironía, sarcasmo o tragedia a través de construcciones plásticas encerradas en cajas» acota. Entre otras se aprecia el debate con la muerte, la cadena de montaje del trabajo, el boxeo como situación permanente de la existencia, la cotidianidad urbana de la contaminación, el reloj que mueve el cuerpo humano, la confrontación de la política como teatro, las luchas vinculadas al cambio tecnológicas, la enseñanza o el abuso de los niños.
Con predominancia de un rojo color sangre, y apenas algunos detalles blancos o negros, la serie de estas 38 cajas tituladas “Vidas Encajonadas”, «nos coloca en universo reflexivo sobre nuestra existencia en un lenguaje estético a la vez altamente innovador visualmente» señala el artista. Además de los breve textos de reflexión que acompañan cada obra, cada una de ellas se sintetiza en un isotipo que sinteriza el mensaje buscado.
Rama quien además es un economista, doctor en educación y doctor en derecho, es un reconocido especialista en educación superior con una larga gestión educativa y una vasta producción académica en la materia.
Incluso es también un coleccionista de máscaras latinoamericanas que se exponen frecuentemente en el MAPI. Consultado sobre el impase que tuvo en la exposición que estaba prevista realizarse en el Teatro Solís el año pasado, expresó su “tristeza ante la babosada de la situación de censura” que lo obligó a presentar una denuncia penal por abuso de autoridad que está en el ámbito de la justicia, así como por violación del derecho a la libertad de expresión ante la Institución Nacional de los Derechos Humanos. Afirma que «hubiera preferido que pidieran disculpas y reconocieran el exabrupto y que no trataran de negar los hechos. Uno, como persona en lo plástico solo desea poder crear en libertad y que ello sea propio y pueda ser mirado con los ojos y la crítica de la estética o el goce, y no con lentes desde el poder y la política venga de donde venga. Es una página desgraciada que es necesario superar para bien de todos y especialmente de la libertad. Finalmente el artista expresó que “trabaje varios años creando una propuesta estética personal e íntima, y perfectamente escrita en idioma español, que merece ser mirada no desde la censura y la arbitrariedad del poder del Estado. Fui pensando en un estilo distinto, coherente y articulado que me permitiera expresar lo que quería y ahora esta obra está expuesta para que cada uno opine, critique o aprecie y reflexiones, que para eso es el arte, y para facilitarlo deben estar los empleados del Estado que pagamos con nuestro sueldo».
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